Bacterias genéticamente modificadas para la producción de alcoholes para combustible
Las bacterias Escherichia coli, conocidas habitantes de nuestro tracto digestivo, también podrían servir para obtener nuevos biocombustibles.
Las bacterias Escherichia coli, conocidas habitantes de nuestro tracto digestivo, también podrían servir para obtener nuevos biocombustibles.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles encontraron la manera de modificar genéticamente a cepas no patógenas de Escherichia coli para que puedan producir nuevas versiones de alcoholes combustibles. Los compuestos que producen estas bacterias son alcoholes de cadena más larga que el etanol, de modo de hacerlos más eficientes para la generación de energía. Cuantos más átomos de carbono tiene la molécula de alcohol, más eficiente es como combustible, contiene un mayor índice de octano y es más fácil de separarlo del agua. Mientras el etanol tiene sólo dos átomos de carbono, el alcohol producido por estas bacterias E. coli recombinantes tienen hasta ocho. El profesor James Liao y su equipo desarrollaron estas bacterias, y señalaron que "los resultados muestran que es posible producir alcoholes no tan comunes en bacterias, usando la ingeniería genética”.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles encontraron la manera de modificar genéticamente a cepas no patógenas de Escherichia coli para que puedan producir nuevas versiones de alcoholes combustibles. Los compuestos que producen estas bacterias son alcoholes de cadena más larga que el etanol, de modo de hacerlos más eficientes para la generación de energía. Cuantos más átomos de carbono tiene la molécula de alcohol, más eficiente es como combustible, contiene un mayor índice de octano y es más fácil de separarlo del agua. Mientras el etanol tiene sólo dos átomos de carbono, el alcohol producido por estas bacterias E. coli recombinantes tienen hasta ocho. El profesor James Liao y su equipo desarrollaron estas bacterias, y señalaron que "los resultados muestran que es posible producir alcoholes no tan comunes en bacterias, usando la ingeniería genética”.