Bacterias a puro voltaje
Son bacterias, pero producen electricidad. Ahora, un equipo de científicos argentinos y españoles logró identificar qué tipo de moléculas intervienen en ese fenómeno. Aunque todavía falta conocer más sobre cómo funciona la generación de corriente eléctrica “microbiana”, su potencial uso a gran escala llama la atención en la ciencia porque representaría una nueva fuente de energía que protegería al ambiente. La técnica utilizada para identificar la molécula protagonista del proceso fue espectroscopía en el infrarrojo, que demostró que son citocromos del tipo C.
Son bacterias, pero producen electricidad. Ahora, un equipo de científicos argentinos y españoles logró identificar qué tipo de moléculas intervienen en ese fenómeno. Aunque todavía falta conocer más sobre cómo funciona la generación de corriente eléctrica “microbiana”, su potencial uso a gran escala llama la atención en la ciencia porque representaría una nueva fuente de energía que protegería al ambiente. La técnica utilizada para identificar la molécula protagonista del proceso fue espectroscopía en el infrarrojo, que demostró que son citocromos del tipo C. Los citocromos son proteínas involucradas en la respiración en animales, plantas, organismos fotosintéticos y también en bacterias. A diferencia de otras bacterias que no generan electricidad, la característica distintiva de la bacteria estudiada, Geobacter sulfurreducens, es que porta esas proteínas en su membrana externa. Para los expertos, los beneficios de las bacterias que producen electricidad son muchos. Por ejemplo, son inocuas para el ambiente, degradan contaminantes y, si bien por ahora no sirven de combustible para transporte, ayudan a abastecer equipos de bajo consumo en lugares donde no llegan los tendidos eléctricos. En la actualidad, la cantidad de energía que se obtiene de las bacterias en el laboratorio es reducida: alrededor de los 350 miliwatts por metro cuadrado (mW/m2) con un voltaje de 0,5 volts. El doctor Osvaldo Yantorno, profesor, del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional de La Plata, que no participó de la investigación, opinó que es un trabajo muy novedoso. “El estudio de bacterias que producen electricidad constituye una interesante estrategia, que de poder saltar de la escala de laboratorio a la industrial, permitirá contar con al menos una nueva fuente de energía renovable que apunta a resolver la falta de hidrocarburos”, dijo. Y destacó que el trabajo avanza en la elucidación de los mecanismos por medio de los cuales las bacterias transportan electrones a la superficie de electrodos sólidos. ¿Cómo lograron identificar las moléculas transportadoras de electrones? Busalmen y sus colegas utilizaron una avanzada técnica de espectroscopia infrarroja. Primero, depositaron las bacterias sobre un electrodo muy delgado de oro y las iluminaron con luz infrarroja a través de un prisma triangular. “Luego, medimos la cantidad de la luz absorbida, y como ésta depende de los enlaces químicos característicos de cada tipo de molécula, pudimos identificar con gran precisión las moléculas”, contó Busalmen, quien realizó este trabajo en el Instituto de Electroquímica de la Universidad de Alicante, España.