Todo listo para que se inicie la construcción de un polo científico
Si todo se cumple como está previsto, dentro de tres años en el predio que hoy ocupa el edificio abandonado de las ex Bodegas Giol, limitado por las calles Soler, Paraguay, Godoy Cruz y Avenida Juan B. Justo, en el barrio de Palermo, se levantará un enorme polo científico-tecnológico con laboratorios, dependencias
gubernamentales, museo interactivo y centro de convenciones. Si todo se cumple como está previsto, dentro de tres años en el predio que hoy ocupa el edificio abandonado de las ex Bodegas Giol, limitado por las calles Soler, Paraguay, Godoy Cruz y Avenida Juan B. Justo, en el barrio de Palermo, se levantará un enorme polo científico-tecnológico con laboratorios, dependencias gubernamentales, museo interactivo y centro de convenciones. El Salón Sur de la Casa Rosada estaba colmado ayer a la mañana cuando el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, doctor Lino Barañao, invitó a la presidenta Cristina Kirchner, al vicepresidente Julio Cobos, a funcionarios y científicos a hacer un "tour virtual" por el proyecto ganador, diseñado por dos equipos de arquitectos cuya edad no supera los 40 años. "Este proyecto es una metáfora arquitectónica de lo que queremos hacer con la ciencia y la tecnología en el país -dijo Barañao-. Tenemos una estructura que tuvo su período de gloria y que luego fue abandonada; sufrió los embates del tiempo y fue ignorada por la sociedad [igual que la ciencia]. Sin embargo, gracias a la bondad de los recursos humanos, a la nobleza de los materiales de construcción y a la solidez de los cimientos es posible ahora recuperarlas y adaptarlas [a ambas] a los tiempos que corren." El emprendimiento es ambicioso: albergará los edificios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y del Conicet; las dependencias de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, y del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (Caicyt); pero además incluirá un instituto de investigaciones interdisciplinario e internacional, un museo interactivo de ciencia y tecnología, y un centro de convenciones "que permitirá organizar encuentros científicos, pero también hacer divulgación científica hacia la comunidad". En suma, 30.000 metros cuadrados dedicados a la producción de conocimiento. "De alguna forma pretendemos que éste sea una especie de Aleph en el sentido borgiano, un punto de entrada a lo que está ocurriendo en todo el mundo en materia de ciencia y tecnología", se entusiasmó el ministro. Según explicó, el museo tendrá una doble función: no sólo exhibir muestras relativas a la ciencia y la tecnología, sino también ser un centro de formación de docentes de nivel primario y secundario. "Allí realizarán prácticas profesionales y se les brindarán herramientas para mejorar la calidad de la enseñanza de la ciencia", detalló. El centro interdisciplinario e internacional de investigación será innovador en dos aspectos. En primer lugar, reunirá en un mismo ámbito a investigadores de distintas disciplinas. "Hoy por hoy, el campo más fértil de investigación está en la conjunción de distintas áreas -dijo Barañao-. Pretendemos que se trabaje en biomedicina, nanobiotecnología y también en ciencias sociales. No existe en el país otro lugar que permita este tipo de integración. Por otro lado, la presencia de organismos internacionales como la Sociedad Max Planck, que tendrá un instituto asociado con este centro, brinda un reaseguro de calidad y de conexión con la comunidad científica internacional. Tenemos además un acuerdo pendiente con el centro internacional de biología molecular e ingeniería genética de las Naciones Unidas y otro con el centro de investigaciones de Francia, probablemente en el área de las ciencias sociales." La estructura proyectada por los estudios Parysow Arquitectos y Hauser/Ziblat Asociados mantiene la estructura de los edificios históricos y la desarrolla en concordancia con las normas edilicias de la zona. "Hace 30 años que no se encaraba en el país una construcción como ésta", afirmó Barañao.
gubernamentales, museo interactivo y centro de convenciones. Si todo se cumple como está previsto, dentro de tres años en el predio que hoy ocupa el edificio abandonado de las ex Bodegas Giol, limitado por las calles Soler, Paraguay, Godoy Cruz y Avenida Juan B. Justo, en el barrio de Palermo, se levantará un enorme polo científico-tecnológico con laboratorios, dependencias gubernamentales, museo interactivo y centro de convenciones. El Salón Sur de la Casa Rosada estaba colmado ayer a la mañana cuando el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, doctor Lino Barañao, invitó a la presidenta Cristina Kirchner, al vicepresidente Julio Cobos, a funcionarios y científicos a hacer un "tour virtual" por el proyecto ganador, diseñado por dos equipos de arquitectos cuya edad no supera los 40 años. "Este proyecto es una metáfora arquitectónica de lo que queremos hacer con la ciencia y la tecnología en el país -dijo Barañao-. Tenemos una estructura que tuvo su período de gloria y que luego fue abandonada; sufrió los embates del tiempo y fue ignorada por la sociedad [igual que la ciencia]. Sin embargo, gracias a la bondad de los recursos humanos, a la nobleza de los materiales de construcción y a la solidez de los cimientos es posible ahora recuperarlas y adaptarlas [a ambas] a los tiempos que corren." El emprendimiento es ambicioso: albergará los edificios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y del Conicet; las dependencias de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, y del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (Caicyt); pero además incluirá un instituto de investigaciones interdisciplinario e internacional, un museo interactivo de ciencia y tecnología, y un centro de convenciones "que permitirá organizar encuentros científicos, pero también hacer divulgación científica hacia la comunidad". En suma, 30.000 metros cuadrados dedicados a la producción de conocimiento. "De alguna forma pretendemos que éste sea una especie de Aleph en el sentido borgiano, un punto de entrada a lo que está ocurriendo en todo el mundo en materia de ciencia y tecnología", se entusiasmó el ministro. Según explicó, el museo tendrá una doble función: no sólo exhibir muestras relativas a la ciencia y la tecnología, sino también ser un centro de formación de docentes de nivel primario y secundario. "Allí realizarán prácticas profesionales y se les brindarán herramientas para mejorar la calidad de la enseñanza de la ciencia", detalló. El centro interdisciplinario e internacional de investigación será innovador en dos aspectos. En primer lugar, reunirá en un mismo ámbito a investigadores de distintas disciplinas. "Hoy por hoy, el campo más fértil de investigación está en la conjunción de distintas áreas -dijo Barañao-. Pretendemos que se trabaje en biomedicina, nanobiotecnología y también en ciencias sociales. No existe en el país otro lugar que permita este tipo de integración. Por otro lado, la presencia de organismos internacionales como la Sociedad Max Planck, que tendrá un instituto asociado con este centro, brinda un reaseguro de calidad y de conexión con la comunidad científica internacional. Tenemos además un acuerdo pendiente con el centro internacional de biología molecular e ingeniería genética de las Naciones Unidas y otro con el centro de investigaciones de Francia, probablemente en el área de las ciencias sociales." La estructura proyectada por los estudios Parysow Arquitectos y Hauser/Ziblat Asociados mantiene la estructura de los edificios históricos y la desarrolla en concordancia con las normas edilicias de la zona. "Hace 30 años que no se encaraba en el país una construcción como ésta", afirmó Barañao.