Utilizando biotecnología clonarán especies de la selva misionera en peligro de extinción
El objetivo es el desarrollo de procedimientos de clonación del germoplasma nativo mediante el uso de las herramientas que ofrece la biotecnología vegetal a fin de ser utilizados en programas estratégicos de recuperación de especies en peligro.
El objetivo es el desarrollo de procedimientos de clonación del germoplasma nativo mediante el uso de las herramientas que ofrece la biotecnología vegetal a fin de ser utilizados en programas estratégicos de recuperación de especies en peligro.
La Selva Misionera cuenta con una gran riqueza biológica expresada por la diversidad de estratos vegetales y la fauna terrestre e ictícola que posee. A pesar de que ésta alberga más de 200 especies arbóreas, es evidente el proceso de deterioro sufrido por su vegetación debido a la extracción indiscriminada de las especies maderables. Su mayor impacto reside en la erosión genética causada por la presión de selección, porque se eliminan los mejores ejemplares adultos dejando en pie aquellos generalmente enfermos, de escaso valor genético para la futura regeneración.
Sumado a este hecho, las tasas excesivas de corte y la falta de acciones complementarias de manejo, dan como resultados la aparición de bosques degradados con una excesiva proliferación de cañas de las especies Chusquea ramosissima y Merostachys clausenii que, junto con la proliferación de lianas Adenocalymna sp. y Arrabidaea sp., impiden la regeneración de las especies arbóreas del bosque requiriendo de períodos prolongados para su establecimiento.
Si bien, en los últimos años se realizaron una serie de acciones para detener los procesos de deterioro ambiental, pudiéndose citar al respecto, la Reserva de Biosfera MAB Yabotí y la de otras áreas naturales protegidas en distintas jurisdicciones, el Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial y la creación del Corredor Verde de la Provincia de Misiones, resulta imprescindible promover la restauración de su biodiversidad mediante la implantación de las especies de mayor consumo; para lo cual es necesario contar con un sistema de clonación y crioconservación del germoplasma nativo, a fines de su utilización en programas estratégicos de recuperación.
Frente a este problema la ingeniera forestal Evelyn Raquel Duarte, becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), propone como parte de su tesis doctoral trabajar en la “Aplicación de herramientas biotecnológicas en la clonación de especies arbóreas nativas de la Selva Misionera en peligro de extinción”. Esta investigación, que tiene como director al Dr. Pedro A. Sansberro y co directora a la Dra. Claudia Luna, ambos de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNNE), se lleva a cabo en el Instituto de Botánica del Nordeste.
El objetivo principal de este trabajo es el desarrollo de procedimientos de clonación del germoplasma nativo mediante el uso de las herramientas que ofrece la biotecnología vegetal a fin de ser utilizados en programas estratégicos de recuperación de especies en peligro.
¿Qué criterios se tendrían en cuenta para elegir las especies a clonarse? Fundamentalmente serían aquellas de mayor importancia económica que han despertado el interés del sector maderero: Balfourodendron riedelianum (guatambú), Cordia trichotoma (peteribí), Myrocarpus frondosus (incienso); como así también distintas especies del género Cedrela (Meliaceae) que debido a sus características xilotecnológicas (color, veteado, densidad y facilidad para ser trabajada en aserrado y carpintería), generó una intensa explotación.
El cultivo in vitro de tejidos es una herramienta biotecnológica que es utilizada exitosamente en la propagación vegetativa de numerosas especies vegetales, ofrece una serie de ventajas con respecto a los sistemas tradicionales de propagación entre las que se podrían mencionar la posibilidad de obtener plantas libres de enfermedades en forma rápida, masiva y en términos económicamente costeables.
Procedimiento. La ingeniera Duarte trabaja para desarrollar un protocolo de clonación que combine el empleo de técnicas tradicionales de organogénesis en medios semisólidos y el de micropropagación en sistemas de inmersión temporal.
De esta forma se pretende inducir la formación de embriones somáticos o yemas adventicias en medios de cultivo semisólidos (estático) y su ulterior crecimiento y desarrollo en biorreactores de inmersión temporal, cuyas características técnicas permitirían acelerar y optimizar la producción de vitroplantas.
Datos complementarios. Según datos aportados por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el año 2007, la Selva Misionera ocupa aproximadamente 1.453.381 hectáreas del territorio de la Provincia de Misiones. Esta eco-región se caracteriza por su exuberante vegetación y abundante flora originada en un clima cálido y húmedo. Se distinguen dos zonas: “Selvas Mixtas” (Selva Misionera o Zona de Monte o Bosque) que comprende la zona norte de la provincia y “Campos” (Parque Mesopotámico o Zona de Campo) emplazados en la zona sur del territorio.
A pesar de que la Selva Misionera alberga más de 200 especies arbóreas, entre las cuales se encuentran: Araucaria angustifolia, Aspidosperma polyneuron, Astronium balansae, Balfourodendron riedelianum, Bumelia obtusifolia, Cedrela fissilis, Cordia trichotoma, Enterolobium contortisiliquum, Myrocarpus frondosus, Nectandra lanceolata, Patagonula americana, Peltophorum dubium, Ruprechtia laxiflora, Tabebuia alba, T. heptaphylla, T. pulcherrima; es evidente el proceso de deterioro sufrido por la vegetación.
Lo que sucede en la Selva Misionera es un reflejo del estado de los bosques nativos de la República Argentina. El primer inventario nacional de bosques nativos realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (2007), determinó la existencia de 31.443.873 hectáreas, distribuidas en seis eco-regiones forestales: Parque Chaqueño, Selva Paranaense o Selva Misionera, Bosques Andino-Patagónicos, Monte, Espinal y Yungas o Selva Tucumano-Boliviana.
Tomando en consideración que los registros oficiales indican que en el año 1914, el país contaba con más de 100 millones de hectáreas de bosques; lo que convertía al nuestro en un país forestal, con un 35 % de su superficie ocupada por bosques naturales, se deduce que en menos de un siglo, se perdió dos tercios del patrimonio forestal como consecuencia de la incidencia de un conjunto de factores.